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Un resumen
de su vida y obra
Victor Blanchard (1878-1953) fue, entre las dos Guerras Mundiales, el Soberano Gran Maestro de la Orden Martinista & Sinárquica bajo el nombre iniciático de Paul Yesir. Además, fue un importante empleado de la administración del gobierno, promocionándose hasta convertirse en líder del Secretariado General de los Miembros del Parlamento de Francia. Era un estrecho colaborador de Papus, con quien organizó el Congreso Espiritualista de Junio de 1908. Tras un corto período de relación con Guénon, disolvió esta alianza tras el caso de la Orden Renovada del Templo. También fue discípulo y gran admirador de Saint-Yves d'Alveydre. De acuerdo con Jean Mallinger (Sâr Elgim), sus conocimientos sobre Magnetismo y literatura sacra del Antiguo Egipto eran extraordinarios.
Después de la Primera Guerra Mundial, Blanchard no reconoció la Gran Maestría de Jean Bricaud como líder del Martinismo, y con algunos antiguos miembros del primer Supremo Consejo fundó la Orden Martinista & Sinárquica el 11 de Noviembre de 1920, celebrando su primera reunión el 3 de Enero de 1921. Por otro lado, existían diferencias entre las dos Órdenes Martinistas. Bricaud, que tendía a situarse en la tradición de los Elus Cohen de Martinez de Pasqually y de Willermoz, solamente permitía el acceso a su Orden a hombres que también fuesen Maestros Masones, continuando así las tentativas de Téder para vincular el Martinismo con la Masonería. Blanchard, al mismo tiempo, permaneció como practicante del sincretismo esotérico practicado por Papus, y de modo semejante permitía el acceso de las mujeres y no exigía ninguna graduación masónica. Blanchard "se ligó" a Saint-Yves d'Alveydre, y añadió al nombre de su Orden el epíteto de Sinárquica.
Victor Blanchard era también Masón del Gran Oriente de Francia - donde fue miembro del Gran Colegio de Ritos, así como un alto Dignatario de otras Órdenes ocultas como: La Iglesia Gnóstica Universal de Bricaud (bajo el nombre de Tau Targelius) y la Orden Kabalística de la Rosa+Cruz, ambas organizaciones siendo dirigidas por Lucien Mauchel (conocido como Chamuel y fallecido en 1936). Es necesario decir que estas organizaciones eran distintas de la Iglesia Gnóstica Católica y de la Orden de la Rosa+Cruz Kabalística y Gnóstica, que fueron dirigidas por Bricaud y posteriormente por Chevillon. Blanchard también fue miembro de la Orden del Lirio y del Águila (que en sus grados más elevados confiere la iniciación de la Rosa+Cruz de Oriente), de la cual fue Comendador desde 1918; era Presidente desde 1933 de la Fraternidad de los Polares (al menos del grupo de París); y, finalmente, en la Orden Pitagórica, gracias a las ligazones creadas por la F.U.D.O.S.I., logró el cuarto y último grado: Arconte de las Artes y Ciencias. Fue uno de los más entusiastas fundadores de la F.U.D.O.S.I., permitiéndole continuar la acción internacional comenzada en Junio de 1908 con Papus y confiriéndole una nueva legitimidad ante Chevillon - que como sucesor de Bricaud no reconoció. En 1934, designado como Sâr Yesir, fue propuesto como uno de los tres Imperatores da F.U.D.O.S.I., con jurisdicción especial sobre el Martinismo y países de Oriente (Sâr Hiéronymus siendo Imperator para Europa y Sâr Alden para las Américas). Finalmente, debido desavenencias personales con Agustín Chaboseau, Blanchard abandona la F.U.D.O.S.I. en 1.939 reincorporándose poco antes de su disolución en 1.951.
A pesar de esta consagración, la actitud de Blanchard para con Bricaud luego se volvería hostil, a juzgar por las referencias siguientes de Robert Ambelain (Le Martinisme, 1946) donde se encuentran también elementos que minan la legitimidad de Bricaud sobre la transmisión de Téder:
"Al respecto de los derechos alegados para la Gran Maestría de la Orden Martinista, hay también diversos testigos que puedo recordar. Uno de los testigos aún vive aquí en Paris (nota del traductor: en 1946). Hermano Nicholas Choumitsky (de quien Ambelain recibió la filiación Rusa), venido de una antigua familia rusa de Martinistas... alumno y discípulo de Charles Barlet, me dijo: Regresé a Francia en 1919. Téder había fallecido. Pregunté a Chacornac quién era por tanto el Gran Maestro de la Orden Martinista, y él contestó: Es Blanchard. Entonces entré en contacto con Blanchard. Una reunión fue organizada entre Bricaud y Blanchard y tuvo lugar en un café. Blanchard compareció con algunos miembros de su Supremo Consejo. Bricaud fue solo, llevando consigo un documento - en un marco con cristal, que reivindicaba que Téder lo había nombrado como su sucesor. Blanchard se puso intensamente irritado, y después del examen del documento, la opinión unánime era la de que no era auténtico. Bricaud dejó la impresión en aquéllos que comparecieron de ser una persona superficial y de falta de profundidad. Yo entonces me dirigí a Charles Barlet y le pregunté quién era el verdadero sucesor de Téder. Sonrió y dijo que el Martinismo era un círculo cuya circunferencia estaba en todas partes y el centro en ningún lugar. Pretendió con esto decir que no había un Gran Maestro. Más tarde, la señora Détré (esposa de Téder), me dijo que su esposo no podría haber designado un sucesor visto que no pensaba en ningún momento que iba a morir. Según ella, Téder murió a consecuencia de un ritual mágico".
En todo caso, existe un documento que sitúa la sucesión de Bricaud en una posición extraña. Este documento principalmente avisa a los dignatarios de la Orden Martinista de la muerte de Téder. El documento original aún existe en los archivos de la Orden Martinista. Fue firmado por Jean Bricaud 33º 90º 95º - Presidente del Supremo Consejo y Gran Maestro General de la Orden. Fue publicado de esta forma avisando a los dignatarios de la Orden de la muerte de Téder, y Bricaud firma él mismo como Gran Maestro General en su lugar; los dignatarios, por tanto, no fueron consultados. Ninguno de entre ellos había elegido a Bricaud como Gran Maestro. Y ya que Téder no había nombrado a nadie, como se puede ver, el resultado fue un poco imprevisto también... Los Grandes Consejos de Italia, España y Gran Bretaña, cortaron sus relaciones con el Supremo Consejo de Lyon. Un gran número de Martinistas franceses se unió a Blanchard y a su Orden Martinista & Sinárquica, otros permanecieron separados y se juntaron doce años más tarde a la Orden Martinista Tradicional de Augustin Chaboseau.
Discurso de apertura del
Congreso Espiritualista y Masónico de 1908
Victor Blanchard fue el Secretario General del Congreso Espiritualista y Masónico de 1908. En su discurso de apertura, se refirió al congreso como el primer Congreso de Ocultismo autónomo y expresó en su conclusión la esperanza de ver todos los Ritos Masónicos Franceses viniendo a reforzar el ejército de Caballeros del idealismo Cristiano.
He aquí un extracto que ejemplariza su pensamiento:
"La doctrina que ahora tanto excita su curiosidad no es nueva, digan lo que puedan decir los críticos de la historia de la filosofía.
Si recurrimos puramente a los documentos históricos, está en los más famosos Santuarios de India y Egipto - herederos de la sabiduría tradicional de las razas negras, de la Atlántida y Lemuria, el nacimiento de la CIENCIA OCULTA.
De allá, el esoterismo se difundió hacia China, Persia, Caldea, Palestina, Grecia, Roma, países Galeses, Alemania y sobre toda la faz de la Tierra.
No nos olvidemos de que esta filosofía, al mismo tiempo humana y divina, inspiró poderosamente a todos los fundadores de las grandes religiones antiguas, entre ellos: Rá, Confucio, Krishna, Zoroastro, Moisés y Buda. Es de allí que los célebres Legisladores de eras pasadas extrajeron sus costumbres más sabias. Es de esta fuente sublime que la mayoría de los poetas, filósofos y sabios de la Antigüedad y de épocas modernas extrajeron la mejor parte de sus grandes y brillantes ideas. Uno las redescubre ocultas bajo el texto literal de todas las Sagradas Escrituras de Oriente y de Occidente, en las parábolas de Jesus y hasta en las Epístolas de San Pablo. Fue conservada por determinados sacerdotes de la Iglesia, Gnósticos, Trovadores, Alquimistas, líderes de guildas medievales y por la elite intelectual de los Templarios, que escapando de la tortura y del derramamiento de sangre, la transmitieron más tarde por intermediación de los Rosa+Cruz, Masones y Martinistas.
HERMETICISMO es la síntesis científica, filosófica, religiosa y social del pasado, presente y será, sin duda, la del porvenir.
El teólogo, el filósofo, el científico, el médico, el moralista o el sociólogo deben hacer esfuerzos para estudiar el Ocultismo, donde solamente encontrarán, al mismo tiempo, las mejores soluciones para los enigmas teológicos, cosmológicos, antropológicos y sociológicos, los elementos que revivificarán su conocimiento actual, así como la regeneración del cuerpo humano, del alma y de toda sociedad.
El historiador, el escritor y el artista, ganarán también con estos estudios un poco abstractos. El primero descubrirá la explicación de muchos hechos obscuros e incómodos; el segundo penetrará fácilmente el sentido más elevado de mitos antiguos aparentemente absurdos y de fábulas orientales, y podrá mejor descifrar los misterios del alma humana. El tercero podrá contemplar, sin cansarse, las diferentes formas que revelan la Belleza Suprema tanto en este mundo como en los otros planos del Universo manifestado, y consecuentemente podrá darles una expresión física más satisfactoria que las ya producidas hasta hoy.
En Cuanto a aquellos que están atormentados por la profunda angustia del problema de la vida después de la muerte, comprenderán a través de la exposición de nuestras doctrinas, esperamos, la racional certeza de la experiencia directa de la inmortalidad de su esencia consciente y espiritual, comprenderán que la Divinidad quiere lo mejor para todas sus criaturas y que el Cielo, el Purgatorio y el Infierno de los inocentes teólogos no son nada más que las situaciones físicas y morales en las cuales nuestra alma se encuentra durante todo el desarrollo de su carrera eterna. Podrán saber que la Reencarnación, enseñada en las antiguas escuelas de misterios, exactamente como lo era en la Iglesia Cristiana original y en las modernas iniciaciones, es uno de los múltiples medios utilizados por la Bondad Soberana (o Dios Supremo), a fin de acelerar la evolución anímica, intelectual y espiritual de cada uno de nosotros. Podrán ver que el hombre es elaborado continuamente a través de las circunstancias, que debe presidir durante sucesivas venidas en el tiempo y en el espacio. Reconocerán que los seres humanos están todos unidos entre sí, no solamente en acciones, sino también en palabras y, sobretodo, en pensamiento. Por estos medios es que prepararán conscientemente el Advenimiento en la Tierra de la Verdadera Fraternidad y del Reino del Espíritu Santo, o de la Ciencia aliada a la Fe, de la Razón unida a la Intuición, una fusión duradera y celestial que la Fiesta de Pentecostés simboliza tan bien".
(Nota: La Fiesta de Pentecostés en 1908 cayó el 7 de Junio, día de la apertura del Congreso).