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"El hombre con verdadero deseo
tiene el poder de conocer y determinar
la vida de su espíritu"
El Cocodrilo, Canto 87
L.C. de Saint-Martin
La Iniciación que proclama Saint-Martin es algo interno que ocurre en el corazón del hombre, en su fondo, en su esencia, revelándose finalmente como una teofanía, una obra de generación de la presencia divina, pues Dios, el Verbo, se manifiesta sustancialmente como Dios en el hombre, Dios manifestado por el hombre, Dios pronunciando su Verbo en nosotros, Emmanuel, el Hijo amado del Padre surgiendo de las profundidades del abismo insondable de nuestro ser: "…el Dios único que ha elegido su santuario único en el corazón del hombre, y en este hijo querido del espíritu que todos debemos hacer nacer en nosotros…" (El Hombre Nuevo, epígrafe 27. Saint-Martin). Es evidente que esta revolución interior no puede ser concedida por nadie, porque es fruto y consecuencia de la regeneración que sólo el ser, por sí mismo, puede llevar a cabo con la ayuda de Dios: "¿Dónde está el principio de la ciencia del hombre? ¿No se encuentra en sí mismo o muy cerca de él? Su desgracia es ir a buscarlo fuera de sí y en objetos que no pueden hacer reaccionar su verdadera semilla" (El Hombre de Deseo, epígrafe 299, Saint-Martin).
"Las sociedades iniciáticas -nos dice Papus- tienen por objeto principal desarrollar la naturaleza humana y hacerla apta para recibir las influencias directas de los planos superiores. Deben desarrollar, sobre todo, la intelectualidad sin descuidar la espiritualidad; he aquí uno de los axiomas que enseñan: la iniciación es siempre individual y la sociedad no puede más que enseñar la ruta, para evitar los senderos peligrosos" (Tratado elemental de Ciencia Oculta, Papus). Y en el caso que nos ocupa, esta ruta viene trazada en la Obra de Saint-Martin, a cuyo estudio y asimilación está dedicado todo Martinista para llegar a alcanzar el estado de regeneración espiritual del que hemos hablado. La Orden Martinista se convierte así en una congregación fraternal de Hombres de Deseo animados por aspiraciones puras a convertirse en Hombres Nuevos, y si la gracia les alcanza, en Hombres Espíritu, verdaderos Hijos de Dios.
Robert Amadou nos dice al respecto de la iniciación en el seno de la Orden Martinista: "Reconozcamos, todavía, que la iniciación ritual es el medio más común y el más fácil de ingresar en la Orden Martinista. Ella proporciona a todo aquél que la recibe una poderosa ayuda. Un auxilio místico, en primer lugar, de los Hermanos pasados o presentes, en comunión de los cuales nos permite entrar más fácilmente. Ayuda moral y también material de los miembros contemporáneos. Auxilio intelectual por el socorro que solicita en el estudio de la doctrina, sea por trabajos en común, sea por la voz de los adeptos más avanzados, sea, principalmente, por las tradiciones de las cuales esos adeptos son el reflejo y que duermen en el seno de la Orden, no esperando sino un príncipe cuyo amor vendrá a despertarlas" (Louis Claude de Saint-Martin y el Martinismo).
La "Orden Martinista & Sinárquica", operando ininterrumpidamente desde su fundación en 1.920 por Víctor Blanchard, se estableció hace en España en el año 2.002, y cuenta con una estructura formada por Círculos, Heptadas y Logias. La OM&S se dirige a los verdaderos "Hombres de Deseo" que buscan ante todo su Reintegración en el seno del Absoluto. Para realizar esta finalidad, nuestra Orden dispone de rituales y prácticas precisas dirigidas a depurar el manto (cuerpo sutil) del iniciado y elevarlo a diversos estados de conciencia internos, cuya realización será la Resurrección espiritual en su Cuerpo de Gloria.
Nuestra Orden procura siempre privilegiar las prácticas operativas y la oración saintmartiniana, a través de las cuales, con constancia y dedicación, alcanzará el Iniciado el reencuentro con su centro, preparándolo para los trabajos de Reconciliación con la Divinidad. De esta forma la OM&S se distancia de los abordajes exclusivamente filosóficos o intelectuales y del sentimentalismo espiritualista y superficial que a menudo separan al candidato de la auténtica búsqueda Iniciática, integrándolo en un pseudo-misticismo emocional y estéril. La OM&S entiende que ningún trabajo operativo será posible mientras el Iniciado no haya purificado y perfeccionado su interior, llevando a término su Regeneración, que deberá resultar en nítidos cambios exteriores y visibles: "(…) Cuando un hombre estuviere Regenerado en sus pensamientos, inmediatamente lo estará en su verbo, que es la carne y la sangre del pensamiento; mas cuando estuviere regenerado en su verbo, inmediatamente lo estará en sus acciones que son la carne y la sangre del verbo" (El hombre de deseo, Saint-Martín).
Como toda Orden Iniciática Tradicional auténtica y operativa, la OM&S hace una rigurosa selección de sus candidatos, aceptando solamente aquellos que realmente estén preparados y muestren una firme voluntad de entregarse e integrarse a la verdadera búsqueda espiritual, sin desaliento ni falsas fantasías.
La OM&S, manteniendo la Tradición original del Martinismo, no concede Iniciaciones a distancia y no ofrece cursos o monografías por correo. Todo su trabajo operativo y sus Iniciaciones se desarrollan en sus Templos, donde son transmitidas sus enseñanzas tradicionales. Al ser iniciado y al participar del trabajo litúrgico de la Orden, el miembro se conecta con su Cadena Invisible, operando consecuentemente con poderosas fuerzas espirituales que posibilitan a los "puros de corazón" un efectivo cambio en su interior.